miércoles, 2 de febrero de 2011

El número AUREO



El número áureo, de oro o divino, es un número irracional, pero no es un número cualquiera. Al comenzar a indagar sobre él, vas descubriendo que su calificación de dorado, no es en vano. Es una cifra fascinante, con conexiones insospechadas entre la naturaleza y las creaciones humanas; es el número de oro en la ciencia y en el arte de todas las épocas, así como el papel que desempeña en la morfología de animales y plantas, posiblemente por esta razón se encuentra estrechamente vinculado al concepto de belleza y perfección.
La proporción áurea esconde una noción de armonía de carácter universal, con claros ejemplos que certifican estas afirmaciones. Detrás de este inocente número, se esconde la disposición de los pétalos de una rosa y la cara de Mona Lisa. Este número es capaz de definir tanto la dinámica de los agujeros negros, como la estructura microscópica de algunos cristales. Podemos encontrar phi (Φ φ) tanto en las obras más excelsas hechas por el hombre, como en la propia naturaleza.





POSICIÓN EN EL PAISAJÍSMO
Comenzando por los romanos, pueblo que destacó por su capacidad ante la ingeniería, vemos como sus jardines son una extensión de la arquitectura. Los patios ajardinados de las villas no eran más que una prolongación de la tradición del jardín pequeño. Si atendemos a las construcciones romanas, podemos intuir una base griega en todas ellas, posiblemente una de las más importantes sea la utilización de la proporción aurea, para acercar estas creaciones a la máxima expresión de la belleza.

Orpheus por Kim wilkie
Veremos que al igual que en el mundo clásico, en el Renacimiento el interior de las viviendas se proyecta sobre el exterior; en este caso los jardines se hacen para el hombre, y dignifican al hombre, sus proporciones infunden paz, por tanto la forma y estructura se vuelve crucial.  Los elementos empleados son perennes antes que efímeros, todo se basa en una estructura estable. El más claro ejemplo es el que nos encontramos en Villa Rotonda, en el que Palladio elimina el jardín ortodoxo y prepara el camino para la armonización de la geometría con la forma natural. Durante el periodo de transición del Renacimiento al Barroco, se establece el estilo conocido como el manierismo. La organización del terreno es básicamente geométrica, pero se van incorporando elementos llamativos, que terminarán conformando una autentica dramatización del jardín.  Con el Barroco se busca la exaltación de los sentidos y por este motivo los jardines son como autenticas obras de teatro por los que se desarrollan todo tipo de actividades de ocio. La originalidad del diseño se encuentra determinada por líneas maestras que obedecen a proporciones matemáticas, con las que es más fácil aproximarse a la belleza y la idea de perfección.

Orpheus por Kim wilkie
Con todo el desarrollo paisajístico, y la importancia que van adquiriendo los espacios exteriores, se van obteniendo numerosos ejemplos en los que se intuye la utilización de la proporción aurea, pero en reducidos casos se especifica dicha utilización. Posiblemente debido a que la proporción aurea sirve como apoyo en el diseño, como red de líneas maestras, de las cuales queda el espíritu de proporcionalidad, pero no se desarrollan de forma explícita. Tal vez por está razón no quede definida su utilización; pero lo que sí está claro, es que desde muy antiguo esta proporción se encuentra presente en el campo del diseño y lo que es más intrigante, es su desarrollo en las formas de la naturaleza.






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